el 23 agosto, 2014 21:39 en Actualidad / sin comentarios
Ricardo Carugatti
Especial EL CRONISTA
Finalizó una semana con pocas jornadas de debates pero varias revelaciones en la causa por la muerte de Emilio Blanco. El presagio de falso testimonio de Héctor Durán se transformó en una realidad y la Fiscalía a instancias de las múltiples respuestas de “no me acuerdo” decidió solicitar la aprehensión del testigo. Esto quedará en suspenso hasta que el tribunal determine hacerlo efectivo.
El ex abogado de la familia Blanco Dr. Luis Valenga realizó una descripción de la causa mientras la tuvo a cargo y fue terminante al sostener que la declaración de Durán ante el juez Colombo transcurrió en total normalidad. Esto llevó a un careo con el testigo que se mantuvo en sus dichos de haber sido presionado durante el interrogatorio.
El abogado sostuvo que el temperamento de Durán fue de persona cabizbaja pero que al finalizar se mostró “jodón” y distendido. También dijo que ningún policía fue a declarar tranquilo durante la instrucción. El abogado habló en extenso sobre las pruebas plantadas y los testigos que intentaron desviar la investigación. Y dejó un reproche a la actuación del juez inicial de la causa diciendo que no se llegó al sobreseimiento apresurado de los imputados porque tomó la causa otro magistrado. recordó en este sentido que era inentendible que le concedieran el retiro a un juez que tenía varios pedidos de juicio político.
Un extensa y por momentos ampulosa declaración prestó el ex policía José Manzini que detalló haber perdido el trabajo y pasar hambre a causa de esta causa. Narró que había recibido llamados anónimos en la Comisaría avisando de la muerte de una persona y dejó en claro que los libros de guardia tenían siempre muchas enmiendas y que carecían del control estricto de los Comisarios. “Había veces que ni los firmaban” dijo el testigo.
Manzini negó haber dicho a su ex pareja de apellido Lucero que “si habla Durán caen todos”, una frase que le atribuyeron algunos testigos. La memoria de Manzini tuvo los vacíos que también mostraron otros policías al dar detalles del día de la muerte pero acusó al policía Arana de decir que “acá hay que cagar a un policía” para que la sociedad se quedara tranquila. Esto fue repetido por otro testigo también policía. Las contradicciones surgieron en cuanto al armado del libro de guardia. Mientras Manzini sostuvo que solamente asentaba algunas actividades puntuales, otro testigo declaró que eso era irregular y tendría que tener todos los detalles de la noche asentados. Por ejemplo que había aparecido un joven muerto.
Los libros policiales formaron un capítulo en las declaraciones que detallaremos en la edición de mañana. Miguel Coronel sostuvo que nada de lo que estaba asentado en el libro de guardia de la comisaría la noche del 27 de setiembre se correspondía con la actividad realizada.
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